jueves, 8 de diciembre de 2011

Sentidos opuestos

Los dos cogían el tren por la mañana.
La misma línea, la misma hora.


... pero en sentidos opuestos.


Había un momento en que ambos trenes se cruzaban en un punto del camino.

En ese momento él levantaba la cabeza y miraba por la ventanilla

y la buscaba.


En milésimas de segundo ella estaba a su lado.

Casi podía sentirla cerca,
por un momento.
Casi.


Sin embargo...
en el fondo sabía que no sólo eran los trenes los que iban en sentidos opuestos.