Los dos cogían el tren por la mañana.
La misma línea, la misma hora.
... pero en sentidos opuestos.
Había un momento en que ambos trenes se cruzaban en un punto del camino.
En ese momento él levantaba la cabeza y miraba por la ventanilla
y la buscaba.
En milésimas de segundo ella estaba a su lado.
Casi podía sentirla cerca, por un momento.
Casi.
Sin embargo...
en el fondo sabía que no sólo eran los trenes los que iban en sentidos opuestos.
jueves, 8 de diciembre de 2011
domingo, 27 de noviembre de 2011
¿Ha visto la luna hoy?
- Hola, buenas noches.
- Buenas noches.
- ¿A qué piso va?
- Al quinto.
- Parece que refresca.
- Si, está llegando el invierno.
- ¿Ha visto la luna hoy?
- ¿Cómo?
- Que si ha visto la luna hoy.
- ¿Por qué?
- Está más grande que nunca. Dicen los científicos que es un efecto óptico que sólo se da una vez cada 100 años.
- ¿Ah sí?
- Sí está preciosa.
- La luna.
- Sí, la luna.
- Gracias, esta noche después de cenar iré a pasear por Madrid. Me encantará ver la luna así.
- Me alegro mucho. Igual nos encontramos en algún sitio.
- Puede ser.
- Que tenga buena noche.
- Buenas noche.
- Buenas noches.
- ¿A qué piso va?
- Al quinto.
- Parece que refresca.
- Si, está llegando el invierno.
- ¿Ha visto la luna hoy?
- ¿Cómo?
- Que si ha visto la luna hoy.
- ¿Por qué?
- Está más grande que nunca. Dicen los científicos que es un efecto óptico que sólo se da una vez cada 100 años.
- ¿Ah sí?
- Sí está preciosa.
- La luna.
- Sí, la luna.
- Gracias, esta noche después de cenar iré a pasear por Madrid. Me encantará ver la luna así.
- Me alegro mucho. Igual nos encontramos en algún sitio.
- Puede ser.
- Que tenga buena noche.
- Buenas noche.
viernes, 14 de octubre de 2011
Larga Noche de Piedra
La poesía que hizo que me gustase la poesia...
Siento tener que traducirla, pero creo que debería entenderla todo el mundo:
O teito é de pedra.
De pedra son os muros
i as tebras.
De pedra o chan
i as reixas.
As portas,
as cadeas,
o aire,
as fenestras,
as olladas,
son de pedra.
Os corazós dos homes
que ao lonxe espreitan,
feitos están
tamén
de pedra.
I eu, morrendo
nesta longa noite
de pedra.
De pedra son os muros
i as tebras.
De pedra o chan
i as reixas.
As portas,
as cadeas,
o aire,
as fenestras,
as olladas,
son de pedra.
Os corazós dos homes
que ao lonxe espreitan,
feitos están
tamén
de pedra.
I eu, morrendo
nesta longa noite
de pedra.
Siento tener que traducirla, pero creo que debería entenderla todo el mundo:
El techo es de piedra.
De piedra son los muros
y las tinieblas.
De piedra el suelo
y las rejas.
Las puertas,
las cadenas,
el aire,
las ventanas,
las miradas,
son de piedra.
Los corazones de los hombres
que a lo lejos acechan,
hechos están
también
de piedra.
Y yo, muriendo
en esta larga noche
de piedra.
De piedra son los muros
y las tinieblas.
De piedra el suelo
y las rejas.
Las puertas,
las cadenas,
el aire,
las ventanas,
las miradas,
son de piedra.
Los corazones de los hombres
que a lo lejos acechan,
hechos están
también
de piedra.
Y yo, muriendo
en esta larga noche
de piedra.
CELSO EMILIO FERREIRO
domingo, 25 de septiembre de 2011
Adiós
domingo, 11 de septiembre de 2011
Al menos la música no te pone los cuernos.
Esto me lo dijo una vez un amigo después de que yo le soltase la chapa con que el fútbol era una mierda.
La verdad es que es una afirmación tan difícilmente discutible que podría usarse como base para el Discurso del Método.
No somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Tienes algo a tu alcance. Tan cercano. Tan fácil.
Lo ves tan normal que no le das la importancia que se merece
… hasta que lo pierdes.
"- Perdona no puedo quedar contigo".
La putada es que a mi no me gusta el fútbol,
pero …
domingo, 28 de agosto de 2011
La soledad de los números primos.
Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por sí mismos. Ocupan su sitio en la infinita serie de los números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí. Son números solitarios, sospechosos, y por eso encantaban a Mattia, que una veces pensaba que en esa serie figuraban por error, como perlas ensartadas en un collar, y otras veces que también ellos querrían ser como los demás, números normales y corrientes, y que por alguna razón no podían. Esto último lo pensaba sobretodo por la noche, en ese estado previo al sueño en que la mente produce mil imágenes caóticas y es demasiado débil para engañarse a sí misma.
En primer curso de la universidad había estudiado ciertos números primos más especiales que el resto, y a los que los matemáticos llaman primos gemelos: son parejas de primos sucesivos, o mejor, casi sucesivos, ya que entre ellos hay un número par que les impide ir realmente unidos, como el 11 y el 13, el el 17 y el 19, el 41 y el 43. Si se tiene paciencia y se sigue contando, se descubre que dichas parejas aparecen cada vez con menos frecuencia. Lo que encontramos son números primos aislados, como perdidos en ese espacio silencioso y rítmico hecho de cifras, y uno tiene la angustiosa sensación de que las parejas halladas anteriormente no son sino hechos fortuitos, y que el verdadero destino de los números primos es quedarse solos. Pero, cuando ya cansados de contar, nos disponemos a dejarlo, topamos de pronto con otros dos gemelos estrechamente unidos. Es convencimiento general entre los matemáticos que, por muy atrás que quede la última pareja, siempre acabará apareciendo otra, aunque hasta ese momento nadie pueda predecir dónde.
Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos. A ella no se lo había dicho. Cuando se imaginaba confiándole cosas así, la fina capa de sudor que cubría sus manos se evaporaba y durante los siguientes diez minutos era incapaz de tocar nada.
En primer curso de la universidad había estudiado ciertos números primos más especiales que el resto, y a los que los matemáticos llaman primos gemelos: son parejas de primos sucesivos, o mejor, casi sucesivos, ya que entre ellos hay un número par que les impide ir realmente unidos, como el 11 y el 13, el el 17 y el 19, el 41 y el 43. Si se tiene paciencia y se sigue contando, se descubre que dichas parejas aparecen cada vez con menos frecuencia. Lo que encontramos son números primos aislados, como perdidos en ese espacio silencioso y rítmico hecho de cifras, y uno tiene la angustiosa sensación de que las parejas halladas anteriormente no son sino hechos fortuitos, y que el verdadero destino de los números primos es quedarse solos. Pero, cuando ya cansados de contar, nos disponemos a dejarlo, topamos de pronto con otros dos gemelos estrechamente unidos. Es convencimiento general entre los matemáticos que, por muy atrás que quede la última pareja, siempre acabará apareciendo otra, aunque hasta ese momento nadie pueda predecir dónde.
Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos. A ella no se lo había dicho. Cuando se imaginaba confiándole cosas así, la fina capa de sudor que cubría sus manos se evaporaba y durante los siguientes diez minutos era incapaz de tocar nada.
PAOLO GIORDANO
lunes, 8 de agosto de 2011
No hablo
lunes, 18 de julio de 2011
viernes, 8 de julio de 2011
domingo, 8 de mayo de 2011
Superó facilmente la valla de los sueños de su amada. Penetró en aquel jardin ajeno con su infierno dentro... y sin nada más.
domingo, 24 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
Raro
raro, ra.
1. adj. Que se comporta de un modo inhabitual.
2. adj. Extraordinario, poco común o frecuente.
3. adj. Escaso en su clase o especie.
4. adj. Insigne, sobresaliente o excelente en su línea.
5. adj. Extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse.
6. adj. Dicho principalmente de un gas enrarecido: Que tiene poca densidad y consistencia.
viernes, 18 de marzo de 2011
¿Por qué?
lunes, 14 de febrero de 2011
Creo que se está enamorando
martes, 25 de enero de 2011
Rocío
viernes, 21 de enero de 2011
Edimburgo
Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean.
Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo.
El viejo río se a difrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar.
Las olas resuenan como cristales rotos.
La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos.
Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan como derrapan los coches de caballos sobre los adoquines.
El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo.
El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte.
Es el día más frío de la historia.
Y hoy es el día de mi nacimiento.
El viejo río se a difrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar.
Las olas resuenan como cristales rotos.
La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos.
Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan como derrapan los coches de caballos sobre los adoquines.
El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo.
El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte.
Es el día más frío de la historia.
Y hoy es el día de mi nacimiento.
MATHIAS MALZIEU
lunes, 10 de enero de 2011
"Todo el mundo" da asco.
- Oye H. ya que no tienes coche porque no pides la plaza de parking y si te la dan nos la pasas.
- ¿No crees que es muy injusto para el que tenga coche y no se la concedan?
- Es lo que hace todo el mundo.
----
Esta conversación me hizo pensar... ¡"Todo le mundo" da asco! Yo prefiero ser un borde pero al menos tener mis principios.
Y me siento orgulloso...
- ¿No crees que es muy injusto para el que tenga coche y no se la concedan?
- Es lo que hace todo el mundo.
----
Esta conversación me hizo pensar... ¡"Todo le mundo" da asco! Yo prefiero ser un borde pero al menos tener mis principios.
Y me siento orgulloso...
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