martes, 7 de diciembre de 2010

Tormenta de lluvia

Esta tarde...
Llovía mucho.

Después de una charla agradable, iba a coger el metro.
Pero la lluvia pudo conmigo...

Comenzó lloviendo poco a poco, poco a poco
y cuando me quise dar cuenta estaba solo en medio de la calle.

La gente corrió a resguardarse bajo los balcones, en los portales, en las tiendas...
De repente estaba rodeado solo de lluvia.
Con los pies buscando los charcos y mi cuerpo buscando el agua.
... en medio de la calle.

Sólo había lluvia y lluvia y lluvia...
los coches se pararon, la gente se paró, el tiempo se paró.

Allí, rodeado de lluvia... fui feliz :)


domingo, 31 de octubre de 2010

Esta noche no...

Esta noche no.
No quiero estar solo.
Y sin embargo...

martes, 19 de octubre de 2010

No quiero ser como vosotros.

Muchas veces me miráis con asco
con recelo
con desprecio
o la mayoría de las veces con compasión.

Creedme, no tengo envidia de vuestras vidas.
Soy yo el que no quiere ser como vosotros.


sábado, 18 de septiembre de 2010

Sevilla

Hace años estuve en Sevilla. Fue mi primer viaje solo. En realidad yo no quería viajar solo. Tenía reservadas las vacaciones pero ella me dijo "no quiero verte más", así que tenía dos opciones: quedarme llorando o viajar por mi cuenta. Fue un viaje para recordar, pensar e intentar olvidar.

Era en octubre o noviembre... que más da. Subí a la giralda, visité la Torre del Oro, el Alcazar, la Catedral, la Plaza de España, el parque de María Luisa... A cada paso que daba, más me enamoraba de la ciudad. Sentí cosas que nunca había sentido y no podía dejar de caminar.

Al segundo día en Sevilla me perdí. Sólo recuerdo que comencé a caminar por la calle Sierpes y continué sin rumbo, simplemente dejándome llevar. Cuando me di cuenta ya no sabía donde estaba. En aquella época los teléfonos no tenían GPS, ahora todo es muy distinto. No me quedó más remedio que parar a una señora y preguntarle donde estaba.

Me encantaría algún día compartir en Sevilla tu escalón solitario.

Si no te importa.

Claro.

Dejaría de ser solitario.

Pero yo NO hablaría, para no estropear el momento.

No.






domingo, 29 de agosto de 2010

A veces no entiendo a la gente.

El hombre es sorprendente. Es capaz de encontrar agujeros negros, por definición imposibles de ver. Es capaz de encontrar partículas dentro del átomo, por definición imposible de dividir. Pero sin embargo es incapaz de comprender ... las personas.

A veces no entiendo a la gente, aunque también creo que es mejor no intentarlo.






domingo, 11 de julio de 2010

No recuerdo su cara.


No recuerdo su cara...


Es curioso, porque cuando estoy con ella no puedo apartar la mirada de su rostro. Tengo la manía de querer aprovechar mi tiempo, asi que el hecho de estar a su lado y apartar la mirada de esos ojos, para mi es algo inaceptable. Sería como desperdiciar el tiempo.

Recuerdo sus pies,
y sus manos.
Recuerdo su cuello,
y sus hombros.
Recuerdo su pecho,
y mis miradas furtivas.

Ahora cierro los ojos y aprieto los puños. Como si el hecho de clavar mis uñas contra las palmas de la mano pudiese ayudarme a recordar. Sin embargo es imposible.

No recuerdo su cara...




martes, 29 de junio de 2010

Ahora

Tenía un sueño.
Un sueño de tejados.
Contigo.

Ahora sólo me queda esta piedra
y no se puede hacer nada.

Ahora quiero dormir,

ya mañana será otro día.

Ahora.



lunes, 26 de abril de 2010

Llovia Mucho


Me gusta la lluvia
.
Odio la lluvia.

Me gusta mirar la lluvia desde la ventana de mi casa.
Odio quedarme en casa por la lluvia.

Me gusta el olor del aire cuando llueve sobre la tierra seca.
Odio mancharme de barro.

Me gusta sentir la lluvia en mi cara mientras paseo por la calle.
Odio llegar a casa empapado por la lluvia.

Me gusta la luz cuando acaba de llover y se forman los primeros claros.
Odio las nubes cuando ocultan la luz del sol.

Me gusta escuchar desde cama el sonido de la lluvia golpeando contra el techo.
Odio que me despierte el sonido de la lluvia por la mañana.

Me gusta la lluvia.
Odio la lluvia.

La lluvia eres tú...





sábado, 10 de abril de 2010

Felicidad


Que poco dura a veces la felicidad.

Puedes estar dando saltos de alegría y al segundo siguiente perder todo lo que tienes. Lo cantaba hace mucho Antonio Carlos Jobim: La tristeza no tiene fin, la felicidad sí. Es como aceptar que ningun momento de felicidad va a durar para siempre y sin embargo podríamos vivir en una tristeza eterna.

Ante este escenario tenemos dos opciones:
(1) Derrumbarnos ante la idea de que cualquier lucha es inútil, porque es imposible ganar.
(2) Implicarse al máximo en cada uno de esos momentos de felicidad, porque se sabe que no va a durar mucho.

¿Cuál es tu bando?

Yo lo tengo claro...





sábado, 27 de marzo de 2010

Quien no se fija en lo que tiene a su lado, no merece disfrutarlo.

Hace algunos años, estaba yo en Milán con la boca abierta y los ojos como platos admirando la catedral, cuando me fijé en la gente que pasaba por allí. Todos iban con prisas sin prestar atención a nada de lo que tenían alrededor.

Me dio por pensar...

Toda esa gente seguramente pasaba todos los días por allí sin ver lo que tenían a su alredeodr ¿Por qué? Supongo que por que era siempre igual. Si yo pasase todos los días por allí, todos los días miraría la catedral y todos los días me quedaría admirado.

Pero no hace falta irse lejos ... ¿Por qué la gente no mira hacia arriba?

Estamos rodeados de cosas dignas de admiración. Sin ir más lejos el cielo, que lo tenemos todos y es gratis. ¿Por qué la gente no lo mira?

A veces pienso que quien no se fija en lo que tiene a su lado, no se merece disfrutarlo.

domingo, 21 de marzo de 2010

Ventanas

Es un hecho asombroso y digno de reflexión que todo ser humano esté constituido de tal forma que siempre haya de ser un profundo secreto y un misterio para sus semejantes.

Cuantas veces entro de noche en una gran ciudad, pienso muy seriamente que todas y cada una de aquellas casas apiñadas en la sombra encierran su propio secreto; que cada habitación de cada una de ellas encierra su propio secreto; que cada corazón singular que late en cientos de miles de pechos que las habitan es, en elgunos de sus ensueños y pensamientos, un secreto impenetrable para el corazón más próximo.

CHARLES DICKENS