domingo, 22 de abril de 2012

Saltó de la silla como si lo hiciera desde un precipicio.

    24 de Julio, 6:03 de la mañana.

    En la lavandería hacía calor, las vigas eran firmes y Michael Holtzapfel saltó de la silla como si lo hiciera desde un precipicio.

   En aquella época mucha gente me perseguía, me reclamaba y me pedía que me la llevara.  unos pocos llamaban mi atención por casualidad y me susurraban al oído con voz apagada.

   Llévame, decían, y no había forma de que callaran.  Tenían miedo, de acuerdo, pero no de mi.  Les asustaba echarlo todo a perder y tener que volver a enfrentarse a ellos mismos y al mundo y a gente como tú.
  
   Estaba atada de manos.

   Eran ingeniosos, contaban con muchos recursos y, cuando les salía bien, fuera cual fuese el método que hubieran escogido, me era imposible rechazarlos.

   Michael Holtzapfel sabía lo que quería.

   Se mató por querer vivir.

MARKUS ZUSAK