martes, 24 de julio de 2012

Distancia

DISTANCIA
(Del lat. distantĭa).
1. f. Espacio o intervalo de lugar o de tiempo que media entre dos cosas o sucesos.

SOLEDAD
(Del lat. solĭtas, -ātis).
3. f. Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.

DOLOR
(Del lat. dolor, -ōris).
1. m. Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.

AUSENCIA
(Del lat. absentĭa).
2. f. Tiempo en que alguien está ausente.

SOÑAR
(Del lat. somniāre).
4. intr. Anhelar persistentemente algo.

ANHELO
(Del lat. anhēlus).
1. m. Deseo vehemente.

FUERZA
(Del lat. fortĭa).
3. f. Capacidad para soportar un peso o resistir un empuje

 



 
 

domingo, 1 de julio de 2012

Ciudades Invisibles

Hacia allí, después de seis días y seis noches, el hombre llega a Zobeida, ciudad blanca, bien expuesta a la luna, con calles que giran sobre sí mismas como un ovillo. Esto se cuenta de su fundación: hombres de naciones diversas tuvieron un sueño igual, vieron una mujer que corría de noche por una ciudad desconocida, la vieron de espaldas, con el pelo largo, y estaba desnuda. Soñaron que la seguían. A fuerza de vueltas todos la perdieron. Después del sueño buscaron aquella ciudad; no la encontraron pero se encontraron ellos; decidieron construir una ciudad como en el sueño. En la disposición de las calles cada uno rehizo el recorrido de su persecución; en el punto donde había perdido las huellas de la fugitiva, cada uno ordenó de otra manera que en el sueño los espacios y los muros, de modo que no pudiera escapársele más.

Esta fue la ciudad de Zobeida donde se establecieron esperando que una noche se repitiese aquella escena. Ninguno de ellos, ni en el sueño ni en la vigilia, vio nunca mis a la mujer. Las calles de la ciudad eran aquellas por las que iban al trabajo todos los días, sin ninguna relación ya con la persecución soñada. Que por lo demás estaba olvidada hacia tiempo.

Nuevos hombres llegaron de otros piases, que habían tenido un sueño como el de ellos, y en la ciudad de Zobeida reconocían algo de las calles del sueño, y cambiaban de lugar galerías y escaleras para que se parecieran más al camino de la mujer perseguida y para que en el punto donde había desaparecido no le quedara modo de escapar.

Los que habían llegado primero no entendían que era lo que atraía a esa gente a Zobeida, a esa fea ciudad, a esa trampa.

ITALO CALVINO